Acariciar a los gatos permite a los dueños establecer vínculos afectivos con sus mascotas y mostrarles su afecto, pero si su mascota chasquea cada vez que lo hace, lo más probable es que lo esté haciendo mal.

Los expertos en comportamiento felino han descubierto que los felinos detestan que se les acaricie en dirección contraria a su pelaje, alrededor de las patas, a los lados del cuerpo y en la región de la garganta.

Si su mascota deja que le acaricie estas zonas, es probable que tolere la acción con la esperanza de que después le dé de comer.

La Dra. Lauren Finka, experta de la Universidad de Nottingham Trent, explicó a BBC Science Focus que la mejor forma de acariciar a un gato es sólo alrededor de la cara, como las mejillas, la base de las orejas y debajo de la barbilla.

Esto se debe probablemente a que estas zonas de la cara contienen muchas glándulas cutáneas que producen olor”, explica Finka a la BBC.

Los gatos están muy motivados para utilizar estas zonas para esparcir su olor, por lo que es probable que estas regiones se sientan intrínsecamente bien al ser estimuladas”.

Durante mucho tiempo se creyó que los antiguos egipcios trajeron a los gatos como mascotas hace unos 3.600 años, pero los últimos avances en pruebas de ADN demuestran que han estado al lado de los humanos desde hace unos 10.000 años.

Sin embargo, en el antiguo Egipto los felinos eran considerados miembros de la realeza, llevaban joyas y se alimentaban con comida hecha para un rey.

Hoy son la segunda mascota más popular del mundo, después de los perros.

Los gatos son conocidos por ser mimosos, curiosos y leales, pero también tienen un lado malvado que tiende a salir cuando se les acaricia de forma incorrecta.

A la hora de acariciarlos, conviene recordar que los gatos, como especie, no son intrínsecamente sociables ni táctiles”, afirma Finka.

Explica que muchos dueños de mascotas quizá no sepan que los gatos también odian las caricias en el vientre.

Esto se debe a que se sienten vulnerables, ya que sus órganos vitales están expuestos, y podrían ver la suave caricia como una amenaza.

Finka también destacó que el hecho de que tu peludo amigo se frote contra ti no significa que quiera que lo toques, pero compartió algunas señales a las que hay que estar atentos.

Cuando están molestos, los gatos pueden girar bruscamente la cabeza hacia nuestras manos. O pueden girar la cabeza para mirarnos. También es posible que se queden inmóviles o que dejen de estimular activamente la interacción (por ejemplo, que dejen de ronronear)”, explica Finka.

Es probable que las orejas de su gato giren hacia un lado o aparezcan aplastadas sobre su cabeza, o que se laman la nariz o se ondulen el pelaje.

Otro signo de fastidio es que el gato empiece a mover la cola.

Estos indicadores relativamente sutiles se dan con bastante frecuencia en muchos gatos a los que observo ser tocados, pero la gente no suele fijarse en ellos o malinterpreta lo que realmente significan”, afirma Finka.

Sin embargo, su investigación demuestra lo contrario cuando se acaricia al gato alrededor de la cara.

Probablemente se deba a que estas zonas de la cara contienen muchas glándulas cutáneas que producen olor”, explica Finka.

A los gatos les motiva mucho utilizar estas zonas para esparcir su olor, así que es probable que estas regiones se sientan intrínsecamente agradables al ser estimuladas”.

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